He tenido que luchar contra mi cuerpo para encontrar su cura.
Contra mi carácter para aprender a controlar mis ansias, contra mi entorno desleal y amargo contra adversidades y adversarios desconocidos contra el miedo y la propia locura y tras luchar contra todo por tanto tiempo he aprendido que la mayor de mis conquistas a sido conocer la paciencia y aprender a valorarla sin prisas sin preguntas ni escusas con determinación y foco porque aunque las heridas son profundas y no me dejen caminar no dejare de dar pasos hacia mi cura.
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